Encontrar un servicio de transporte especial empresarial, ejecutivo y turístico no resulta siempre ser una tarea sencilla porque a pesar de la existencia de empresas que buscan satisfacer un mercado cada vez más competitivo y exigente, diferentes aspectos y su tratamiento pueden convertir un servicio en un verdadero dolor de cabeza.
En nuestro país la prestación de servicios de transporte especial es un asunto que en los últimos años ha sido tomado seriamente y su profesionalización se ha visto materializada paso a paso en un ambiente en el que primaba la informalidad y el desorden impuesto por décadas.
Dicen que el cliente siempre tiene la razón, pero él no solicita nada del otro mundo, tan solo desea un servicio de calidad con el que se pueda sentir confiado, seguro y con una permanente retroalimentación; elementos que parecen apenas lógicos en países desarrollados pero no completamente practicados en el nuestro.
Para comenzar a ambientar el escenario en donde transcurre el servicio de transporte en Colombia debemos tener en cuenta un aspecto que determina en gran parte la naturaleza del mismo y ese es la topografía nacional, un territorio montañoso de grandes alturas con una infraestructura vial que aún no pasa de ser apenas aceptable. En el caso de las ciudades, el aumento de la población, el incremento del parque automotor y el comportamiento de los conductores, entre otros, ha hecho que la movilidad se vea seriamente trastocada especialmente en las 4 ciudades principales: Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, y con ciudades intermedias que crecen aceleradamente pero cuya velocidad de tránsito tiene puesto siempre el freno.
No se trata de culpar a la madre naturaleza que dotó a esta esquina de Suramérica con una empinada geografía sino a los prestadores de servicios de transporte que tradicionalmente operaban bajo el concepto de la informalidad, agregándole a su accionar ingredientes como deficiente mantenimiento mecánico, exceso de velocidad, irresponsabilidad, inexperiencia, consumo de alcohol, exceso de trabajo, desconocimiento de las normas y falta de pericia.
En los últimos años la aparición de verdaderos expertos en la prestación y administración del servicio de transporte y un mayor control por parte de las autoridades ha cambiado el horizonte, se ha pasado de la informalidad a la especialización nutriendo al mercado con un amplio rango de oportunidades.
Dicho lo anterior, una de las principales exigencias es la seguridad y esta siempre debe tratar de garantizarse, así sea un asunto de carácter ambiguo. El cliente es conocedor y cuando se trata de su vida y de sus activos es bastante meticuloso, por eso una empresa prestadora de servicios especiales de transporte debe contar con un récord de consulta pública sobre el comportamiento de sus elementos, no solo de sus conductores sino de todo el equipo que la compone.
El buen nombre de una empresa no solo se logra mostrando buenos balances contables ni una gran infraestructura física, un posicionamiento ideal es aquel que muestra un “voz a voz” reconfortante, ese que hace que la buena imagen se construya con el trabajo diario y con clientes satisfechos que además de disfrutar de un buen servicio, recomienden a otros contratar un grupo especializado.
Buenas instalaciones, flota moderna con un plan de renovación permanente y un personal en constante capacitación en todos los aspectos hacen que una empresa prestadora de servicios especiales de transporte se labre un buen camino en el mercado y goce de gran aceptación.
Así como la seguridad, esa que garantiza el cuidado de la vida e integridad, la puntualidad y el cumplimiento ocupan los primeros lugares en la pirámide de lo más exigido. Es muy importante que una empresa tenga una buena estructura que permita la satisfacción en este aspecto porque la improvisación generalmente se nota en el primer momento. Una empresa que cuente siempre con planes de contingencia y acompañamiento permanente es una empresa que está en sintonía con sus usuarios y su mercado.
La cuestión legal y normativa es de vital preponderancia, las empresas deben acogerse íntegramente a la legislación y su transparencia ante la opinión pública debe ser de exposición permanente, así como un conductor debe mostrar un récord máximo de pulcritud, las empresas deben comprobar su absoluto acogimiento a la ley.
En un mercado que cada vez es más activo, la implementación de tecnologías que apoyen eficientemente todas las labores es determinante, el talento y la capacidad personal son principios trascendentales, pero la optimización del trabajo tiene en la tecnología una gran herramienta que controla y potencia cada uno de los esfuerzos empresariales y humanos, las variables propias de la naturaleza del mercado y del servicio, otorgando siempre control, evaluación y seguimiento.
Lo barato sale caro, no existe adagio más claro y si bien el precio es un punto atractivo, bajos precios no hacen el mejor servicio, así como altos valores no garantizan la total satisfacción.
Haga una evaluación precisa del costo-beneficio y analizando todas las variables podrá decidir cuál empresa logra no solo acomodarse sino cumplir con sus exigencias. Recuerde que un buen servicio de transporte, seguro y cumplido es un elemento determinante en la productividad, de manera que incide positiva o negativamente en el desempeño laboral y profesional de los usuarios.
Un buen servicio al cliente es una de las claves del éxito, cuando una empresa se preocupa por sus clientes y se lo manifiesta constantemente logra crear y desarrollar empatía con sus públicos cautivos y objetivos. Una empresa que escucha las inquietudes de sus usuarios y se preocupa por brindar siempre soluciones rápidas y reales, es una organización exitosa porque reconoce en la satisfacción del cliente, no solo su objetivo principal sino su pilar de funcionamiento y existencia.
Las empresas deben tener como costumbre el actuar, no importa si son reclamos los que aparezcan, mejorar el servicio es una labor diaria y cada sugerencia es fundamental, cada uno de los usuarios es importante, no existe distinción en la atención porque no debe pensarse que hay clientes superiores y otros de menor categoría.
Una empresa con valor real es aquella que acompaña siempre a sus clientes, no solo está presta a escucharlos sino que busca su constante opinión y realiza un completo seguimiento a su inquietud o sugerencia hasta su total resolución favorable.
Como se puede ver, los asuntos que deben determinarse para la elección de un buen servicio son variados y aunque vistos uno por uno, estos deben amalgamarse perfectamente para ofrecerse como un todo, un todo que haga las cosas bien.
Hay que tomarse buen tiempo para analizar correctamente y tomar la decisión acertada, por eso cuando usted se decide por estárter no contrata un servicio, realiza una inversión en el aumento de su productividad.